Cuidado natural del gato

El gato obtiene más variedad que el perro del cuerpo de sus presas y por ello su alimentación es más variada. Se alimentan de pequeñas aves y roedores y de sus órganos obtiene granos, frutas y frutos secos ya desmenuzados, deberemos pues imitar al máximo esta situación. Las cuatro normas principales de la crianza natural son:

—Una dieta natural correcta consistente en alimentos crudos.

—Abundancia de aire puro y sol.

—Mucho ejercicio activo en libertad.

—Hierba rastrera y hierba gatera (Nepeta cataria) que es básica para su salud.

Hasta las cuatro semanas de edad el gatito mama la leche materna pero durante la quinta semana podemos dar a la camada leche enriquecida con miel a modo de ayuda a la leche de la madre de la siguiente forma:

Por la mañana una toma de leche fresca, cruda, no UHT ni pasteurizada con una cucharadita de miel. A mediodía repetir la leche pero con una cucharadita de copos de cereales integrales como copos de avena o centeno (previamente macerados en la leche para estar casi disueltos), de merienda nuevamente leche con cereales y por la noche únicamente leche o leche con miel.

A partir de las seis semanas sólo daremos leche con miel por la mañana y a mediodía la leche con una cucharada de copos de cereal integral, pero la toma de la tarde y la noche va a consistir en varias cucharaditas de carne cruda o pescado ligeramente cocido, ambos cortados con cuchillo en trocitos pero nunca picados. Añadiremos por encima polvo de algas como la espirulina y otras hierbas como perejil, menta, apio, berro o diente de león en polvo o finamente cortadas.

A las ocho semanas ya habremos destetado completamente al gatito y alejado de su madre. Seguramente es cuando adquieres al animal por primera vez y los consejos para dar una alimentación correcta, aún a pesar de que el criador no haya alimentado al animal de forma natural, son los siguientes:

La primera toma de la mañana (8h.) será un tazón de leche cruda y no tratada UHT ni pasteurizada, a poder ser, con unos pocos copos de cereales integrales como avena o cebada. También vale pan integral desmenuzado.

A mediodía (12h.) otro tazón de leche con copos de cereal integral y algo de malta en polvo, regaliz o algarroba que buscaremos en herboristerías. Añadiremos también unas gotas de aceite vegetal de maíz, girasol o sésamo y de vez en cuando (dos veces por semana) un huevo crudo batido. El resto de los días añadiremos requesón en trocitos a la dieta. Si podemos conseguir coco seco es excelente como antiparasitario y se puede espolvorear en la leche.

Por la tarde (16h.) y por la noche (20h.) daremos la carne CRUDA, troceada de tamaño acorde a su peso, nunca picada. Es excelente la costilla de cordero con hueso y todo, con una cucharadita de salvado natural de trigo, por ejemplo, para compensar la falta de piel y pelo de la carne, y espolvoreada con las algas y hierbas anteriormente citadas. La inclusión de verduras frescas en la alimentación es vital para la salud. Sirve cualquier hoja de ensalada, cortada muy fina, en juliana, pues el gato tiene dificultad para digerir la fibra. También sirven granos y legumbres crudos picados o machacados, zanahoria rallada, manzana cruda rallada, frutos secos machacados etc. La variedad es fundamental para la dieta en un gato. Se puede sustituir algún día la carne por pescado, de hecho tanto como le guste al animal. El fresco recién pescado se debe dar crudo, si no es recién pescado lo herviremos, coceremos al vapor o asaremos pero siempre ligeramente. No sirve ni frito ni enlatado. Además podemos dar de vez en cuando también aves o conejos. Siempre crudos salvo si no son del día. En ese caso sumergir levemente en agua hirviendo, aunque hay que procurar que lo ingieran crudo.

Hay que evitar lo antinatural y las latas de comida para gatos, además de tener un origen incierto en el sentido de que aportan proteínas pero de orígenes baratos y por tanto inmundos, llevan conservantes químicos tóxicos. También el pienso por muy bien formulado que esté es antinatural.

Todo esto no será todos los días de la semana porque los gatos no cazan una presa a diario. Habrá días sin carne (un par de días a la semana) ni pescado, pero sí la leche, el cereal, la verdura picada y el requesón. Ese día se le puede dar un poco de arroz integral con lentejas espolvoreado de salvado orgánico para que no contenga pesticidas.

Hay que dar de vez en cuando huesos con la carne pero siempre crudos. Los huesos cocinados pierden sus propiedades y son los que atascan el intestino o se clavan en él. Luego de una comida con el estómago lleno y de forma ocasional es como se los daremos.

Por supuesto no puede faltar el agua fresca potable a todas horas.

Si el gato no come la ración, no insistir. En cuanto se aleje definitivamente del plato hay que retirarlo y tirar los restos.

A partir de la octava semana, además, dedicaremos un día a la semana a media jornada de ayuno (siempre el mismo día para acordarse) y un ayuno completo al mes.

No debemos impedir que ingieran tierra, piedrecitas o hierba para purgarse. Y además debemos proporcionar hierba gatera, son adictos a ella (a la venta en tiendas de animales). Podemos dar de forma ocasional pepino, melón y sus pepitas que son desintoxicantes y el maíz tierno.

El gato mayor es un animal de costumbres. Si le acostumbras a la misma dieta cada día, no aceptará otra cosa de comer y cuando quieras variar su menú por problemas de carencias y enfermedad será tarde. Lo mejor es acostumbrarlo a muchos sabores, texturas y variedad constantes.

Por último para el cuidado natural de un gato es fundamental la libertad. Necesitan cazar, trepar a los árboles y darse largos baños de sol.

1 comentario en “Cuidado natural del gato

  1. La cuestión de darles alimentos crudos es si tiene la certeza de saber su procedencia, pues en mi caso que vivo en una ciudad (Caracas) es nula la información verdadera de la procedencia de la carne. En lo particular siempre les doy pollo (en especial el muslo) y sardinas naturales hervidas, mi tip para aquellos gatos renuentes es agarrar la sardina o el pollo, mezclarlo ya sea con avena o zanahoria rayada y hornearlos en forma de galletas, al principio tratarla de hacer muy similares a las galletas comerciales y luego irlas agrandando para que el gato comience a despedazarla y triturarla (algo similar al acto de desgarre, pues sus dientes están creados principalmente para ello).

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