El Mensaje de los Animales

Para entender este blog debo empezar por explicar mi propia experiencia. Nací en la España del 66 en una gran ciudad gris e impersonal y mostré desde muy niña una admiración por los animales y la naturaleza que no pude satisfacer ni compartir con nadie, lo que me llevó finalmente a estudiar la carrera de Veterinaria. Con ello unía la necesidad de estar en contacto permanente con ellos y la de sentirme útil y ayudar. La paradoja es que al final los animales me iban a ayudar a mí.
La carrera me pareció prosaica y la acabé con la sensación de no haber hallado el alivio que buscaba de ella. Inicié mi vagar profesional en el mundo rural por ese ansia constante de unión con lo natural e invariablemente me enfrentaba a un dilema; en mi trabajo no coinciden la figura del cliente con la del paciente, siendo al cliente al que se debe satisfacer siempre por motivos económicos, en contra de los intereses del paciente, cuando mi intención inicial al estudiar la profesión fue siempre la de ayudar al paciente, al animal al que respetaba y amaba profundamente. Los compañeros de profesión tampoco ayudaron mucho mostrándose desconfiados, competitivos y obsesionados con el rendimiento económico la mayor parte de las veces. Estas variables me conducían una y otra vez a enfrentarme constantemente con mi propia conciencia. Al principio ganaba la “lógica” imperante, pero poco a poco fui reuniendo experiencias muy traumáticas, como practicarle la eutanasia a un pastor alemán joven y sano porque su dueño ya no lo quería y no quería perder el tiempo buscando un nuevo hogar para él, o los ojos aterrados y el caminar tembloroso de un joven ternero forzado a entrar en el cubículo de un matadero donde un matarife con una taladradora, que usa mientras mantiene una conversación banal, como si llevara entre las manos un berbiquí para hacer agujeros en la pared, le asesta el golpe de gracia sin mirar y el joven ternero cae a plomo…que hicieron que me planteara muy seriamente si realmente yo quería ser parte de esto.
Llegó un momento en que no pude continuar, aunque probé y probé; cambiando de ámbito geográfico, cambiando de especie a la que atender, cambiando de empresa… pero no hallé trabajo alguno con valores en el que lo importante fuera el cuidado del animal para el propietario y el compañero veterinario, y me permitiera sentirme bien con mi vida, sentirme útil con mi propósito en la tierra.
Una vez abandonado el trabajo, me dediqué a ser madre, pero no pude dejar el vínculo con los animales. En esos años, llegó a mis manos un libro escrito por dos nativos americanos. En él daban por hecho que los animales traen un mensaje al humano a través de la forma que tienen de vivir su vida, si el humano sabe escuchar el lenguaje de los símbolos y a su imaginación. Ese mundo que descubrí fue como un “llegar a casa” y aquí es dónde llegamos a que los animales con sus mensajes fueron los que me ayudaron a mí. Ahora sé sin duda alguna que este “alimento para el alma” fue lo que buscaba al estudiar Veterinaria.
Esa lectura me ayudó a “escucharlos” y esto es lo que aprendí; los animales sienten (sienten que van a morir, lo he visto en sus ojos). Ellos no leen lo que piensas, pero sí leen lo que sientes, empatizan completamente con tu sentir y por eso si tienes miedo, lo tienen, si les amas, te aman. Su forma de vivir es sabia, viven el aquí y ahora. Viven según su punto de vista como especie, sin errar. Ellos aceptan ser nuestros compañeros y a pesar del trato recibido aceptan con nobleza darse en sacrificio para alimentarnos y que crezcamos en conciencia. Las gallináceas, por ejemplo, son las únicas aves que llevan a término la puesta del huevo aunque éste no haya sido fecundado por el macho. Las demás aves sólo ponen huevos para criar, en cambio la gallina nos deja su regalo en el pesebre cada día para que lo disfrutemos en un gesto sin igual de generosidad. La vaca pace serena en el pasto y nos deja ordeñar la leche de sus ubres, en origen destinada a sus terneros, para el crecimiento de nuestros hijos. Las ovejas nos dan sus crías…todos sin pedir a cambio apenas nada. Ellos aceptan darse en sacrificio, aceptan producir alimento para nosotros, aceptan poner su grupa para que los montemos, aceptan que usemos su fuerza para el trabajo, aceptan ser nuestros compañeros en el hogar… y tan sólo respetándolos como seres sintientes y honrando esa abundancia, les daríamos a cambio un merecido agradecimiento.
Con el tiempo me he dado cuenta en qué formas, en la facultad, nos adoctrinan. Uno acude a los templos del saber que son las universidades con la inocencia de la juventud y se cree sin cuestionar todo lo que escucha y lo que lee. Lo triste es que las empresas multinacionales (en el caso de veterinaria; las farmacéuticas y las fábricas de piensos) acaban impregnando el discurso del profesor y sales de allí repitiendo machaconamente lo que has oído sin cuestionar, pues no tienes aún la madurez suficiente para ello.
La realidad es que hoy en día, nuestros animales de granja están enfermos por la alimentación y por el estrés. Un animal no puede crecer sano y fuerte si se le presiona para que produzca a costa de su cuerpo y se le mete en barracones peores que campos de concentración a vivir su corta vida. Ningún ser sintiente es feliz ni está sano rodeado de sus heces, sin ver la luz del sol en su cubículo y soportando las agresiones de quién le cuida. Es de lógica. Pero ahí está la industria farmacéutica para aliviar de forma sintética un problema en el modo de vida que nadie parece ver.
Los piensos son también muy cuestionables. Un animal de compañía enferma y necesita vacunas porque no come lo que su cuerpo puede digerir. Bajo mi punto de vista la formulación de los piensos no responde a sus necesidades. Los perros y los gatos son carnívoros, deberían comer tres partes de carne cruda y huesos crudos (los huesos crudos no se impactan en el intestino, sólo los cocidos) y una parte de cereal integral y verdura. También deberían comer huevos crudos y algo de miel. Así, imitando lo que comerían si vivieran su vida sabia en la naturaleza, el intestino y las vísceras podrían realizar su función sin sobrecargas y gozarían de salud. Hoy en día, o se les da comida de casa omnívora y cocinada, o se les da pienso; un alimento desvitalizado y formulado a base de cereales, vitaminas sintéticas y harina de pescado (despojos de la industria de la pesca a base de cabezas, escamas y raspas del pez)…¡¡¡a animales carnívoros se les da comida prácticamente vegetariana!!! En cambio a los herbívoros, como el ganado vacuno, se les da harina de hueso y despojos de la carne…El mundo del revés.
En la actualidad hay muy poca sabiduría en la profesión veterinaria, hay un largo camino que recorrer. Tampoco hay mucha sabiduría en la ganadería y la producción animal. Deberíamos volver la vista atrás y usar las prácticas ancestrales, que son más respetuosas con ellos y con el ambiente que los rodea, y disfrutar de los avances tecnológicos y farmacéuticos para casos concretos. La naturaleza no decepciona a quienes acatan sus leyes sencillas. Si dejamos atrás las producciones que únicamente buscan el rendimiento económico, además, obtendremos más calidad y paradójicamente accederemos a nuevos mercados. Los animales sólo desean satisfacernos, tan sólo hay que agradecer su gesto y honrar su producción que nos aporta alimento abundante, con el respeto.
Espero y confío en que, al igual que progresamos como especie y cada vez somos más los que estamos en el bando del “otra forma de hacer las cosas”, llegue una generación de veterinarios que despierte, deje de repetir las consignas de la industria, y practique su profesión con compasión y con conciencia.

Concha Català Alcaide, licenciada en Veterinaria por la UAB, curso 84-89

4 comentarios en “El Mensaje de los Animales

  1. Hace poco conocí a una chica, hoy una gran amiga, que eligió la carrera de veterinaria por un sentimiento de ayudar a los animales, ahora hace prácticas aquí, allí, en busca de sentirse feliz y ubicada con su propósito, que dista mucho de montar una clínica y atender a clientes como usted bien ha referido, el conocerla me expandió el corazón y me llenó de alegría la vida al saber que existen personas que realmente tienen conciencia y que luchan cada día por encontrar ese «sitio» donde puedan decir : aquí es donde tengo que estar, y aquí es donde puedo llevar a cabo el propósito de mi corazón. Y hoy se me ha vuelto a expandir el corazón leyendo su artículo, en el que he encontrado el mismo discurso que vi en el corazón y en la inquietud de mi amiga Amanda. Muchas gracias.

  2. Estimada…
    Digo estimada porque, a pesar de no conocerla, me siento.muy cercana a su sentir
    Desde hace poco he corrido el velo de la ignorancia y estoy descubriendo un mundo maravilloso que espero se vuelva real pronto.
    Hace dos años que me acompaña mi amigo Kan y no fui consciente del daño que le estaba causando hasta que el veterinario me dijo que tiene artrosis y sobrepeso. En ese punto comencé a buscar lo mejor para él y en este recorrido he chocado de frente con lo equivocada que estaba en mi comodidad de darle alimento industrializado.
    Estoy haciendo todos los esfuerzos para corregir mis errores. Mil gracias por su orientación

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